Vivía bajo mi auto machaque de sentir que no era suficiente, el no parar de asumir responsabilidades y al mismo tiempo sentirme infeliz.
Era hiperexigente conmigo misma y con el mundo en general.
Sentia la necesidad de tener todo bajo control y por eso debía estar en todo y más.
Vivía en una lucha interna entre lo que “debía” hacer y lo que internamente necesitaba.
Buscaba la aprobación y aceptación de los demás sin saberlo.
Me sentía como una impostora, algún día iban a descubrir que no era tan buena.
Vivía con miedo de dejar de ser importante para alguien.
Ahora lo sé, vivía dominada por mi pasado y miedos, sin escuchar a mi Eva auténtica.
Hoy todo es diferente, sé quien soy, como soy, me acepto, me amo, sé estar sola y bien acompañada.